Borges nació, a los ocho meses de gestación, en una típica casa porteña de fines del siglo XIX con patio y aljibe, dos elementos que se repetirán como un eco en sus poesías. Su casa natal estaba situada en la calle Tucumán 840, pero su infancia transcurrió un poco más al norte, en la calle Serrano 2135 del barrio de Palermo. La relación de Borges con la literatura comenzó a muy temprana edad. A los cuatro años ya sabía leer y escribir. Debido a que en su casa se hablaba tanto español como inglés, Borges creció como bilingüe.
En 1914 su padre se vio obligado a dejar su profesión, jubilándose de profesor debido a la misma ceguera progresiva hereditaria que décadas más tarde afectaría también a su hijo. Junto con la familia, se dirigió a Europa para realizar un tratamiento oftalmológico especial. Para refugiarse de la Primera Guerra Mundial se establecen en Ginebra (Suiza), donde el joven Borges y su hermana Norah (nacida en 1902) asistirían a la escuela. Estudió francés y cursó el bachillerato en el Lycée Jean Clavin. Durante esa época leyó sobre todo a los prosistas del realismo francés y a los poetas del expresionismo y del simbolismo, especialmente a Rimbaud. A la vez, descubre a Schopenhauer, a Nietzsche, a Thomas Carlyle y a Chesterton. Solo con un diccionario aprendió por sí mismo el alemán y escribió sus primeros versos en francés.
En 1919, gracias al fin de las hostilidades y después del fallecimiento de la abuela materna, la familia Borges marchó a España, estableciéndose inicialmente en Barcelona y luego en Palma de Mallorca. En esta última ciudad escribió dos libros que no publicó: Los ritmos rojos, poemas de elogio a la Revolución Rusa, y Los naipes del tahúr, un libro de cuentos. En Madrid y en Sevilla participó del movimiento literario ultraísta, que luego encabezaría en Argentina y que infuiría poderosamente en su primera obra lírica. Colaboró con poemas y en la crítica literaria en las revistas Ultra, Grecia, Cervantes, Hélices y Cosmópolis.
Conoció a Concepción Guerrero, una joven Publicar entradade dieciséis años de quien se enamora. En 1922 visitó a Leopoldo Lugones junto a Eduardo González Lanuza; lo hace para entregarle el segundo (y último) número de Prisma. En agosto de 1924 fundó la revista ultraista Proa junto a Ricardo Güiraldes, autor de Don Segundo Sombra; Alfredo Brandán Caraffa y Pablo Rojas Paz, aunque paulatinamente abandonará esa estética.
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