miércoles, 9 de julio de 2008

El Grito

Probablemente hayan escuchado hablar o hasta hayan logrado ver el famoso cuadro llamado El Grito. Pero pocos conocen la historia detrás de esta rara y deforme pintura. Permitanme contarles.
Cuenta la historia que hace mucho tiempo atrás existía un capitán de un barco. Este tenía un hijo, quien deseaba más que nada ver a su padre navegar, pero el padre no lo dejaba por miedo a la seguridad de su único descendiente. Pero al saber que esta excusa no iba a tener importancia para su hijo, le decía que no era lo suficientemente grande como para poder navegar por los siete mares.
El tiempo pasó, y el chico creció, junto con su deseo. Pero creció hasta cierto punto que la excusa ya no era válida, y finalmente, el hijo pudo embarcar junto con su padre.
Y fue por la peor de la casualidades, que sufrieron un accidente, y solo sobrevivieron unos pocos. Los afortunados fueron el padre, el hijo y tres tripulantes más de la embarcación. Estos nadaron hasta una isla cercana que estaba totalmente desierta y contenía muy poco alimento para los cinco suertudos sobrevivientes.
El hijo del capitán fue el primero en perecer por el hambre, ya que su padre y los tripulantes ya estaban acostumbrados a la falta de comida gracias a sus viajes.
Pero después de una semana, el hambre abundaba sobre todos los sobrevivientes. Pero por suerte uno de ellos, después de un paseo, volvió diciendo que había encontrado una tortuga e hizo una sopa con ella. Los naufragos habían ya olvidado el sabor de la sopa y la tomaron con desesperación.Esto les permitió sobrevivir hasta que fueron rescatados por un barco. El capitán se lamentaba mientras se alejaba de la isla, de haber viajado junto con su hijo que yacía sepultado en la arena. O al menos eso creía.
Al volver a su tierra los tripulantes y su capitán celebraron almorzando juntos. Los cuatro pidieron sopa de tortuga y al probarlo, notaron un gusto extraño y muy diferente al que habían probado antes. Los tripulantes sabían el porqué, pero prefirieron no comentarle al capitán. Pero este, entonces, comprendió lo sucedido y asi, el porqué el gusto era distinto, y se clavó y un cuchillo en el corazón y murió. Pero no sin antes dejar un grito tan horrible que le quedo grabado en la mente a todos los presentes. Y estos les contaron esta historia de terror a sus hijos, y estos a los suyos, y estos a los suyos. Y siguió la tradición por años, hasta llegar al autor de la pintura.

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