martes, 6 de mayo de 2008

Felicidad artificial


Ella se preguntaba por qué desde que nació todos se desvivían por mantenerla feliz y sonriente, le parecía un poco exagerado.
En sus años de adolescencia esto se hizo mas notable cuando aunque no estudiara, sacaba buena nota, le daban todos los gustos y nunca pero nunca le decían que no a nada que ella quisiera.
Por otro lado, tampoco la dejaban tener demasiados amigos, solo tenía dos amigas de la infancia que siempre la acompañaban.

Ese era su primer día en la secundaria en la que había empezado ese año. Estaba pensando en el chico del grado de al lado del que se enamoró a primera vista. Se recostó en su almohada sonriendo pensando en lo perfecto que era.
Al día siguiente la chica se estuvo peinando dos horas y se puso lo más linda que pudo para su chico. Cuando estuvo a su lado en el recreo, solo le había preguntado la hora pero a ella no le importaba, solo escuchar su voz la hizo sentir algo que nunca había sentido. Pero a una cuadra de la escuela vio que una chica tan perfecta como él lo estaba esperando. Y cuando él llegó, los vio besarse.
Volvió corriendo a su casa decepcionada, muy triste, nunca en su vida había tenido este sentimiento.
Ella estaba sentada frente a la ventana que daba al campo florecido de rosas de cobre, le corrió una lágrima por la mejilla, cuando de pronto un frío eléctrico le subió por los pies y le produjo una descarga de eléctrica angustia en la boca del estómago. Se había electrocutado.
Los padres al llegar del trabajo vieron su metálico cuerpo en corto circuito y no entendían qué había pasado.

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