sábado, 5 de abril de 2008

minicuentos.

Encontré un montón de minicuentos en http://www.ciudadseva.com/bdcs/1contmin.htm . Busqué bastantes que tenían que ver con lo que hablamos.

Aquella muerta (Ramón Gómez de la Serna)

Aquella muerta me dijo:
-¿No me conoces?... Pues me debías conocer... Has besado mi pelo en la trenza postiza de la otra.
FIN

Cuento de espantos (José Emilio Pacheco)

Violó la cripta a medianoche. Halló su propio cadáver en el sarcófago.

FIN


El gesto de la muerte (
Jean Cocteau)

Un joven jardinero persa dice a su príncipe:
-¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahán.
El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:
-Esta mañana ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?
-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino un gesto de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahán esta mañana y debo tomarlo esta noche en Ispahán.
FIN


ESTE CUENTO ES EL QUE CONTÓ MICHELLE EN LA CLASE. (apaa.cómo me acuerdo)

Final para un cuento fantástico (I.A. Ireland)
-¡Que extraño! -dijo la muchacha avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada!
La tocó, al hablar, y se cerró de pronto, con un golpe.
-¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo, nos han encerrado a los dos!
-A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha.
Pasó a través de la puerta y desapareció.
FIN


La cabeza del perro (Arthur Conan Doyle)

Estoy arrellanado en el sillón junto a la chimenea en que crepita el fuego. Tengo la copa de coñac en la mano derecha. Con la mano izquierda, caída descuidadamente, acaricio la cabeza de mi perro... hasta que descubro que no tengo perro.
FIN

Los fantasmas y yo (René Avilés Fabila)
Siempre estuve acosado por el temor a los fantasmas, hasta que distraídamente pasé de una habitación a otra sin utilizar los medios comunes.
FIN


Mensaje (Thomas Bailey Aldrich)
Una mujer está sentada sola en una casa. Sabe que no hay nadie más en el mundo: todos los otros seres han muerto. Golpean a la puerta.
FIN


ENCONTRÉ UN CREYENTE CON EL NOMBRE DEL AUTOR INVENTADO.

Un creyente (George Loring Frost)

Al caer la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:
-Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?
-Yo no -respondió el otro-. ¿Y usted?
-Yo sí -dijo el primero, y desapareció.
FIN

¡Ése soy yo! (Ramón Gómez de la Serna)

Cuando vi sacar aquel cadáver del agua, grité:
-Ése soy yo... Yo.
Todos me miraron asombrados, pero yo continué: "Ése soy yo... Ése es mi reloj de pulsera con un brazalete extensible... Soy yo".
-¡Soy yo!... ¡Soy yo! -les gritaba y no me hacían caso, porque no comprendían cómo yo podía ser el que había traído el río ahogado aquella mañana.
FIN

ME MATÓ EL PRIMERO.JAJAJA

2 comentarios:

paula luna dijo...

Gracias Floriana.
Me gusta el minicuento de Conan Doyle.
PAula

Mica Sigalov dijo...

Me encantó el mismo que le gusto a Paula, el del perro. Ademas me hace acordar mucho a una historia (que no me acuerdo como era el final jajajaja) que siempre contaba un amigo en los fogones de los campamentos.. Si Flori me ayuda a acordarme despues se las cuento.